En el capítulo sobre
Partidos y Agrupaciones políticas en los primeros años de la
República, veíamos cómo las antiguas formaciones dinásticas se
republicanizan pasando a engrosar las filas de nuevos partidos
significados con el nuevo régimen como el Partido Republicano
Liberal Demócrata o el Partido Radical. Otras agrupaciones en las
que destacará la presencia de la vieja y la nueva derecha serán
Unión Agraria o las Juventudes católicas. Sin embargo, en estos
primeros años, los sectores conservadores del país se mantendrán
más o menos desunidos hasta 1933, momento a partir del cuál
crecerán aunque lentamente. La gran excepción será la evolución
que experimente la Confederación Española de Derechas Autónomas,
CEDA, cuya transformación en partido de masas será fulminante
debido sobre todo al apoyo de la Iglesia.
La CEDA había surgido en
marzo de 1933 gracias a los esfuerzos realizados por Acción Popular
por atraerse a las masas: grandes terratenientes, medios patronos,
pequeño y mediano campesinado y sectores de clases medias claramente
conservadores, todos ellos opuestos a la política de reformas
sociales emprendidas por la República. El éxito de este partido
con intereses tan dispares no habría sido posible sin la dirección,
discurso ideológico y los recursos organizativos de la Iglesia.
En noviembre de 1934 era
elegido Presidente provincial del partido, Pedro Acacio Sandoval, lo
cual favoreció un mayor acercamiento con la patronal agraria.
También se produce la incorporación de antiguos monárquicos
liberales. Esta organización se reforzaba a su vez con la creación
de secciones dentro del partido que canalizaran reivindicaciones de
todos los grupos sociales, y muy especialmente la incorporación de
las mujeres a la política, siendo este partido el que mayor
militancia femenina tuvo. Como hemos visto en otros capítulos, su
vinculación con la Iglesia le llevó a crear la Asociación Católica
Nacional de Propagandistas, Juventud Católica, Asociación Católica
de Padres de Familia y Acción Ciudadana de la Mujer. Esto incrementó
su militancia en muchos lugares, comenzando a constituirse multitud
de comités. En La Roda, el Comité de Acción Popular fue Juventud
Católica. Recibieron el apoyo de la publicación moderada afín al
partido, El Agricultor Manchego.
Esta situación se
reproducirá a la inversa a partir de estas fechas con respecto a los
partidos republicanos de izquierdas y los socialistas. La ruptura
entre ambas líneas políticas, unido a la abstención de anarquistas
y a la alta participación católica, daban la victoria en noviembre
de 1933 a la coalicción de centro-derecha, Partido Radical y CEDA, a
pesar de unos resultados electorales equiparables.
Y así es cómo este
partido, que no había declarado su lealtad al régimen y cuyos
dirigentes habían visitado Roma en enero de 1933 y asistido a la
concentración nazi de Nuremberg en septiembre, se convertía en
apoyo indispensable para la gobernabilidad del país. El deterioro de
sus aliados, los radicales, también incidió en el aumento de la
presencia cedista en muchos ayuntamientos, incluido el de La Roda. En
capítulos posteriores veremos la composición del nuevo Consistorio
que se configura por orden gubernativa junto a aspectos más
centrados en la política local que se abre paso al calor del
gobierno de centro-derecha.
Combinándose con CEDA,
también había otros partidos monárquicos: los Tradicionalistas,
muy fuertes en el Norte, y Renovación Española, fundada en marzo de
1933 representando principalmente a los monárquicos alfonsinos. Ya
vimos cómo desde la proclamación de la República en 1931 existen
altercados en La Roda relacionados con elementos monárquicos por lo
que se decreta por la “vigilancia e inspección de fondas y
casas de huéspedes y posadas para impedir la entrada de extraños
encargados de perturbar la tranquilidad (…) pues existe una intensa
propaganda de reacción monárquica que a toda costa se debe impedir
llegado el caso, en bien de la República porque al hacerlo así es
defender a España contra sus eternos enemigos”. A pesar de que
Albacete era una provincia de marcado carácter agrícola, el Partido
Agrario no tuvo una fuerte implantación. Como decíamos, este
partido y sus homólogos derechistas contaron con el apoyo del
semanario El Agricultor Manchego, publicación de carácter agrario y
conservador, editado en La Roda desde el 21 de mayo de1925 hasta el
30 de junio de1935.
En 1933 también
comienzan a debutar pequeños partidos de corte fascista. Falange
Española, fundada por Jose Antonio Primo de Rivera, tras su unión
con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) en febrero de
1934, pasa a constituirse como Falange Española de las JONS. Su
presencia y actividad se consolida durante la primavera de 1936, de
manera radicalizada y provocadora, a través del reparto de
panfletos, carteles, reuniones ilegales y algunas altercados. Su
crecimiento fue lento y estuvo compuesto preferentemente por jóvenes
menores de 25 años. La mayoría de ellos eran estudiantes vinculados
a familias ricas y a profesiones liberales. Junto a miembros de la
Guardia Civil, ellos serán los que en La Roda organicen y lleven a
cabo la sublevación de julio de 1936. La mitificación de la figura
de Jose Antonio en época del Franquismo, llevó a las autoridades a
llenar las plazas de España de edificios con su nombre y de
monumentos conmemorativos. A día de hoy, en La Roda todavía tenemos
un Colegio Público llamado Jose Antonio y un monolito de piedra con
su nombre en la parte más céntrica del pueblo; ambos, símbolos del fascismo español sensu stricto.
El Partido Republicano
Radical fue la fuerza republicana más antigua y una de las que tuvo
más peso durante la II República. Junto a Acción Popular, fue la
que hizo mayor oposición a las reformas del gobierno de Azaña.
Durante el segundo bienio fue partido del gobierno apoyado por la
CEDA. Nunca llegó a ser una organización moderna, bien estructurada
y eficaz, ya que lo impidió el gran personalismo de Lerroux. La
llegada masiva de ex-monárquicos y caciques locales permitió un
crecimiento espectacular, pero al tiempo obstaculizó el desarrollo
de unas bases democráticas. Se incorporarán los Jiménez de Córdoba
de Villarrobledo, entre otros. Ya hemos visto como por el distrito de
La Roda tuvo representación el azañista Miguel Servet Díaz
Basauri. La victoria en las elecciones de noviembre de 1933 y la
formación del Gobierno de Lerroux dio un nuevo impulso al partido.
Durante este segundo bienio se refuerzan sus organizaciones
juveniles. Por el distrito de La Roda el delegado fue Emilio Torrano
Fernández, que a su vez fue vicepresidente de la Federación
Provincial de las Juventudes Radicales.
La composición social de
los comités refleja un predominio de los propietarios agrarios sobre
las demás profesiones, excepto en la capital. En los pueblos más de
la mitad de los asociados eran agricultores, una parte de ellos
grandes propietarios como los Jiménez de Córdoba. El resto estaba
formado por pequeños comerciantes, empleados, profesionales
liberales y maestros. A partir de 1935 fue decayendo su influencia,
acusándolos la izquierda de traicionar a la República, y negando
cualquier posibilidad de acuerdo o coalición con ellos. Este partido
comenzó a estar condenado a entenderse con la derecha, no sólo por
la negativa de la izquierda a negociar sino por el peso que en este
partido tenían los grandes propietarios agrarios. Esto hizo que
algunos de sus militantes se sintieran arrastrados por los
falangistas y colaborasen con los insurrectos en la preparación y
realización de la sublevación militar de 1936, como sucedería en
La Roda. En lo juicios sumarísimos posteriores a la guerra, muchos
de los represaliados alegarán en su defensa haber pertenecido al
Partido Radical.
Entre noviembre de 1933 y
noviembre de 1935, los partidos republicanos de izquierdas
experimentan una evolución inversa. Fruto del fracaso en las
elecciones de noviembre de 1933, las fuerzas republicanas de
izquierdas tendieron a unirse, creándose en febrero de 1934
Izquierda Republicana. Tras el impacto de la revolución de octubre
de 1934, la normalidad se restablece en la primavera de 1935,
surgiendo comités locales como el de La Roda. El alcalde de La Roda
ofrece la fecha de su creación el 28 abril, mientras que el
semanario República indica su inauguración el 23 marzo. Las
Juventudes de Izquierda Republicana se constituyen entre marzo y
abril de 1935.
La convergencia entre
republicanos de izquierda y socialistas a lo largo de 1935 y la
campaña de febrero 1936 no estuvo exenta de algunos enfrentamientos
que se agudizan en la primavera de ese mismo año. Algunas
agrupaciones socialistas se quejaron de las actitudes despóticas e
inmorales demostradas por los miembros de Izquierda Republicana, en
connivencia con el Gobierno Civil, acusándolos de ocupar los puestos
de mando de los ayuntamientos y de la Diputación. En adelante
veremos más concretamente el enfrentamiento entre socialistas e
Izquierda Republicana en La Roda.
Por otra parte, las
presiones a las que se vio sometido el gobierno por sus socios
cedistas acabaron por escindir al Partido Radical. Así es como una
minoría de diputados radicales liderados por Diego Martínez Barrio
creaba junto a otro sector del Partido Radical-Socialista, el nuevo
partido de Unión Republicana en agosto de 1934. Fue un partido
republicano moderado cuyo implantación en la provincia no fue
importante. El representante por el partido judicial de La Roda en el
Comité Ejecutivo Provincial fue Abel Amar Pardo.
Como decíamos en otros
artículos, de entre las diversas tendencias dentro del Socialismo,
en La Roda destacó la línea más centrista de Prieto, partidaria de
la colaboración con la República para profundizar en la democracia.
De cara a la preparación de las elecciones de noviembre de 1933 el
Comité Provincial celebró una reunión extraordinaria en septiembre
en la Casa del Pueblo. Poco después se celebró el II Congreso
Provincial. La Presidencia recayó en José Mª Martínez Requena y
las secretarías en Deusdedio del Campo y Bonifacio Rubio Sánchez.
Analizaron los problemas y decidieron no aliarse con los republicanos
de izquierdas para las elecciones. Tras el triunfo de lerrouxistas y
cedistas, los socialistas adoptan una actitud defensiva. Se refuerza
la ruptura con la burguesía republicana y la aceptación de las vías
revolucionarias hasta conquistar el poder político para la clase
trabajadora.
Para ello, desde los
primeros meses de 1934 empezaron a fraguar la idea de convocar una
huelga revolucionaria en caso de que la CEDA accediera al gobierno,
circunstancia que sucedió en los primeros días de octubre. La
represión posterior a la Revolución de octubre, cerrando las sedes
y deteniendo a destacados militantes obreros, originó un descenso
del número de comités y afiliados, que no se recuperó hasta
después del triunfo del Frente Popular. Después, el punto polémico
siguió siendo las relaciones entre republicanos de izquierdas y
socialistas. El sector caballerista, más radical, consiguió imponer
que los socialistas no participasen en el gobierno. Así, durante el
bienio negro se posicionaron de forma contraria a la política de
pactos con los republicanos. Las relaciones se
deterioran en la primavera de 1936. Las Juventudes Socialistas, tras
el ascenso del fascismo en los inicios de 1933, se radicalizan en sus
posturas y su lenguaje, admitiendo la violencia revolucionaria como
medio de conquistar el poder para la clase trabajadora.
Vinculado al PSOE estaba
la Unión General de Trabajadores, UGT, sindicato obrero de mayor
arraigo en la provincia durante toda la República. A comienzos de
1934 la afiliación descendió ya que el gabinete Lerroux incumplía
la legislación social, permitía la persecución de líderes
sindicales, el boicot que hacían los propietarios agrarios a los
afiliados obreros en el reparto del trabajo y las intimidaciones por
parte de las autoridades. Hemos visto cómo las sociedades obreras se
quejaron por el funcionamiento de las Bolsas de trabajo, los Jurados
mixtos, etc. Esto se acentuó más después de la huelga campesina de
junio de 1934 y de los sucesos de octubre del mismo año. En mayo de
1935 se hace un esfuerzo por reorganizar el sindicato. La victoria
del Frente Popular animó a las sociedades obreras socialistas a
presentar reclamaciones contra los abusos de la burguesía y la
persecución a que sometían a sus trabajadores. Al tiempo se
lamentaban del abandono en que las tenían.
Aunque ya aludimos
extensamente a ello en el primer artículo sobre partidos políticos,
incidir en que el Partido Comunista de España, tuvo escasa presencia
en la provincia excepto en la capital y algunos pueblos como
Villamalea, incrementando su número de afiliados después del
triunfo del Frente Popular. En este momento se produce un
acercamiento entre sus juventudes y los socialistas, creándose las
Juventudes Socialistas Unificadas. El aumento más significativo en
el número de afiliados lo registró en los primeros meses de la
guerra. La primera noticia que se tiene en La Roda de la existencia
del Partido Comunista es en las Actas del Plenos del 24 de marzo de
1937, aunque por datos indirectos creemos que en septiembre de 1936
ya existía.
Sobre la presencia
anarquista en la provincia de Albacete, únicamente podemos apuntar
que hubo pequeños grupos que apenas se hicieron notar en el periodo.
El sindicato CNT aparece por primera vez citado en las Actas de
Plenos de La Roda el 19 de diciembre de 1936. Con la constitución de
nuevo Ayuntamiento el 24 de marzo de 1937 ya aparecen todos los
nuevos partidos y sindicatos y los nombres de sus representantes.
Sepúlveda Losa, R.M.,
Republicanos Tibios, Socialistas Beligerantes. La República
Social Inviable. Albacete 1933-1936, IEA Don Juan Manuel, Serie
I, Estudios, Núm. 144, Albacete 2003
Juliá, S., Un siglo
de España. Política y Sociedad, Marcial Pons, Madrid, 1999
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